
En el reality show de su agencia de modelos, Janice Dickinson recibió un cliente australiano que no estaba muy conforme con sus empleados. Janice, en su actitud de diva, insultó a su cliente a sus espaldas, ¡pero éste traía su propio equipo de grabación! así que pudo ver todos sus insultos.
Cuando el cliente fue a quejarse, ella se defendió como perra en brama (olvidó la primera regla de los negocios: el cliente siempre tiene la razón).
El tipo al final dijo: "¿Quién es el cliente aquí? Soy tu primer cliente importante, y sabes que... estás despedida". Esperaba un momento como este para ver que cara ponía Janice cuando, por fin, alguien la pusiera en su lugar... y, como era de esperarse, no tiene ninguna expresión, su cara ya quedó irremediablemente tiesa.
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